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Tercera y última parada de la excursión, el precioso pueblo de Pals. La primera imagen que descubrimos fueron las formas reconocibles de sus torres, vistas desde el camino que empezamos a recorrer desde Palau-sator. Me dio la sensación de ver una mini versión del castillo en el cielo! Y la verdad es que una vez en el centro histórico, todo el conjunto formado por el castillo, la villa y las murallas es una pura maravilla...

Después de un paseito por Peratallada, hicimos una seguna parada en Palau-sator, diminuto pueblo de apenas 300 habitantes del cual el bus casi no pudo salir! La verdad es que ir a este tipo de pueblos parece como un viaje en el tiempo. Fue desde Palau-sator donde empezamos a caminar para llegar al punto final de nuestra excursión, pasando por paísajes que desprendían una tranquilidad incomparable.

Dado que siempre he aprovechado los fines de semana largos o las vacaciones para viajar o regresar a Francia, me di cuenta el año pasado de que realmente conocía muy mal lo que hay en Cataluña aparte de Barcelona. Me propuse remediar a esto, empezando desde el inicio de este año con una excursión a unos pueblos medievales muy bonitos del Baix Empordà. La primera parada fue el precioso y muy bien conservado pueblo de Peratallada

A retomar la cronología de este año... Ya sabéis que hubo una época durante la cual me tocó hacer idas y vueltas entre Barcelona y Madrid. Además de alegrarme de volver a descubrir la capital, otra de las ventajas de esta situación es que me permitió descubrir lugares de encanto alrededor de Madrid. Empezando en enero con Segovia, preciosa ciudad conocida sobre todo por su impresionante acueducto romano, muy bien conservado, pero también por otros encantos, entre los cuales los techos y pinturas maravillosos de su Alcázar... ¡y su cochinillo, por supuesto!